El expresionismo abstracto en Costa Rica y, concretamente, la abstracción geometrica, tienen un nombre: el de Manuel de la Cruz González, una de las grandes figuras en la historia del arte nacional, integrante de la Generación de la Nueva Sensibilidad y fundador del grupo Taller, donde se formaron connotados pintores nacionales como Rafa Fernández. González, quien nació en 1909, está considerado un pionero de la plástica costarricense, aunque incomprendido y despreciado por la conservadora sociedad costarricense de la época en que le correspondió vivir. Trabajó el dibujo, el grabado, la figura humana, la témpera y el óleo, y será recordado además por su acertado manejo del color. Fue también locutor y profesor de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Costa Rica en 1946 y 1947, mas debió dejar la docencia por problemas políticos y en 1948 se autoexilio en Cuba. De allí pasó a Venezuela, donde encontró el nicho perfecto para desarrollar su arte. El ganador del Premio Nacional de Cultura Magón en 1981 y seguidor de artistas como Piet Mondrian, falleció en 1986 a los 77 años.