1928 Rafael Ángel «Felo» García estudia en Londres, donde encuentra respuesta a sus inquietudes pictóricas en el expresionismo abstracto, movimiento a través del cual los artistas canalizaron sus sentimientos con obras donde lo importante son los elementos plásticos tales como el color, la línea, las texturas, el espacio y no la realidad objetiva. En Costa Rica, junto con otros artistas, forma el Grupo Ocho, impulsando el arte abstracto y realizando diferentes actividades culturales que llenaron el vacío existente. Emplea materiales no tradicionales como arenas, aserrín, yeso, etc. y comienza a pintar escenas de tugurios, mostrándonos su interés por lo urbano, que se liga a su formación como arquitecto y planificador urbanista. El tema central son los barrios marginales con casas de materiales muy pobres como cartón, latas o madera. No aparece ninguna figura humana, pero sí se intuye su presencia mediante elementos como la ropa tendida, los cables de electricidad y las luces. Estas pinturas no pretenden hacer denuncia social, la temática de vivienda pobre es para él un recurso estético. Considera el color como un medio de expresión artística per sé, siguiendo la corriente del expresionismo, que supone lo expresivo, lo emocional, resaltando en el color, el dinamismo y el sentimiento como componentes más relevantes de la obra.